Para que veáis que en todos lados cuecen habas, el otro día me monté en el coche de una amiga, un Honda Civil de gasolina, muy bonito, muy cómodo, la verdad que me gustó mucho el coche. Le pregunté que tal iba y me dijo que estaba contentísima con él, que la única queja era ¡que en 50.000 kilómetros que tiene el coche ya había tenido que cambiar en dos ocasiones las pastillas de freno delanteras, y una las traseras! Actualmente tengo un 307 y el primer cambio de pastillas se lo he hecho al coche con 100.000 kilómetros, así que cuando ella llegue a esa cifra llevará 4 cambios delante y 2 detrás.
De todas formas estamos en lo de siempre, a estos vehículos, sean de la marca que sean, se les hacen miles de kilómetros de prueba para detectar fallos y averías, pero todas esas pruebas son de kilómetros, no de tiempo, las pruebas de tiempo las hacemos los usuarios, a los que nos usan como conejillos de india. Dicho esto, el tema de los frenos en los Mazda me parece algo inaceptable, como también me parece inaceptable que un Civic se coma las pastillas cada 25.000 kilómetros.