Hoy en día, la diferencia en precio entre el gasoil y la gasolina es irrisorio. Nadie se compra un diésel por el ahorro de 6 céntimos de euro por litro, cuando los hay.
No se puede generalizar. Se puede decir que los motores diésel de la generación anterior eran más contaminantes que los de gasolina, ahora ya no está tan claro. Tú mismo reconoces que hay motores de gasolina que ahora son muy contaminantes. Esto viene por la estupidez y obsesión de los poderes públicos por la emisión de CO2. Ese gas tan pernicioso que respiramos y producimos todos los días.
Si a la larga los diésel son más o menos fiables, más o menos caros por Km que los de gasolina, es harina de otro costal. Allá cada uno con sus gustos y preferencias. A mi cuñado le da igual el coche que le des: en cinco años lo tiene destrozado.
La cuestión de la bestial carga impositiva que sufrimos, y a la que parece nos vamos acostumbrando, viene de los políticos y de los españoles que los votan. Hoy en día hay una mayoría que quiere que el Estado se ocupe sus vidas, desde que nacemos hasta que la palmamos: nacemos en un hospital público; de pequeños nos cuidan en guarderías públicas; nos educan (es un decir) en escuelas públicas; para la educación superior, por supuesto, la universidad pública; para muchos españoles, el trabajo ideal es en cualquiera de las administraciones públicas o de las miles de ruinosas empresas, públicas; para moverte por las ciudades transporte público, y si no te gusta el tranvía, da igual, lo vas a pagar te guste o no te guste; si llegas a la jubilación, malvives de la pensión pública. Sólo cuando palmamos parece que no les interesa demasiado nuestros cadáveres. Después de todo han tenido toda una vida para exprimirnos. Y todavía "podemos" tener más. Pero tranquilos, que la fiesta la van a pagar los ricos, o sea, nosotros, la clase media.
Burbu: Siempre que se guarden las formas nadie debería sentirse ofendido porque muestres tus opiniones. Este es un foro de debate, afortunadamente nada público. Las mujeres públicas tampoco lo son, aunque los políticos que elegimos pretendan que nos convirtamos precisamente en eso.
Un saludo nada público.