Tampoco repetiré con Mazda y me quitaré de encima esta basura en cuanto acabe la garantía y pueda, lo tenía claro desde el primer año en el que pasó 29 días en el taller entre problemas de bloqueo de dirección en marcha, llenado de gasoil en el cárter, problemas con la bomba de vacío y rotura de turbos y árboles de levas, etc.
Aderezándolo los problemas de frenos, alguna rotura de componentes que no son susceptible de desgaste, como la botonera de los espejos, y que te quieren hacer pagar de primeras casi 300€ por ello, los ruidos de rodadura y aerodinámicos a la altura de un Seat 131, la batería KO en 4 años, o el sistema de regeneraciones de DPF que incrementa notablemente el consumo y te deja vendido con la potencia mientras actúa. Y un servicio post venta que no está a la altura de una marca que se jacta de fiabilidad.